Y ahí estaba él, en un rincón de la casa, a oscuras, con su arma en la mano; viendo como entraban esos 3 individuos por la ventana que daba al patio. Miró detalladamente cada cosa que hacían, cada palabra que decían, cada arruga y mancha de sus ropas, cada rasgo facial de cada uno de ellos. Hasta que en el momento propicio, y en cuestión de segundos encañoñó a quién parecía dirigir a los otros 2. En ese instante, quedaron los 3 extraños inmoviles, perplejos, ante la actitud temeraria de Gastón.
A punta de pistola, los maniató y amordazó, dejandolos tirados en el living de la casa. Guardó su pistola en la cintura, y salió al patio, cargó las bolsas, se subió a los camellos y se fue.
Ese 6 de enero no hubo regalos para nadie, y los reyes magos fueron encontrados 2 días después, en grave estado de shock, y maniatados, en una casa de campo. Desde entonces Melchor, Gaspar y el tan conocido Baltazar sufren de agorafobia y viven como reyes (valga la redundancia) en su propio country, gracias a la plata que le sacaron a la ART en el juicio por trabajo insalubre.
Gastón apareció 2 meses después, estaba hecho mierda abajo de un scania que ni cuenta se había dado que lo cagó pisando. Manejar un camello no era tan fácil después de todo.